El tema que sigue es complementario, no hay que copiarlo. Sólo léanlo y después leen el cuento que sigue titulado "Los asesinos de Hemingway". Tanto el tema como el cuento son complementarios del tema que estamos viendo en clase y son para que profundicen sobre el cuento que tienen que escribir para entregar en próximas fechas.
Las actividades sobre el cuento las desarrollaremos en clase
Cuento policíaco (tema complementario)
Un cuento policíaco es
aquel que agrupa las narraciones breves de hechos ficticios o reales,
relacionados directamente con criminales y con la justicia, generalmente
teniendo como tema principal la resolución de un misterio, la persecución de un
delincuente, o temáticas similares. El cuento puede ser clásico o negro;
- Clásico: que el policía sea el que se encarga de su trabajo y de la
investigación detectivesca
y policial;
- negro: que el detective o el policía se mete en el bando contrario
para poder atrapar al criminal.
El cuento policial es un
cuento de crimen misterio y persecución
Partes de un cuento policíaco
- Planteo de un enigma a
resolver A partir de un dilema, es que se desarrolla una historia.
- Narración del proceso de
investigación Permite aclarar el interrogante planteado al comienzo.
- Resolución del enigma
Se logra mediante: (A) El examen y observación de los hechos materiales y
psicológicos, sobre los que se sacan conclusiones; (B) El razonamiento a partir
de posibles hipótesis (el investigador muchas veces no necesita observar el
escenario del crimen).
Elementos caracterizadores
- Personajes: Se
presentan en una perspectiva antitética: el policía, el detective, el
inspector; el asesino y el espía, o sea los buenos y los malos. Por lo general
son tipos, tienen caracteres bien definidos y no evolucionan a lo largo del
relato.
- Estructura:
Habitualmente es un relato que se hace al revés de la narrativa tradicional. Al
comienzo se presenta el enigma que debe ser resuelto al final. El tiempo para
aclarar el misterio procede en dos sentidos: mientras avanza la investigación,
futuro, se revela el enigma, pasado. Pero hay que tener en cuenta que a este
relato precede una etapa previa de organización: cuando el escritor imagina o
fragua esa historia sigue un orden cronológico o lineal (comienzo, desarrollo y
desenlace). Al escribirla invierte los resultados y los presenta al comienzo.
- Ambiente: Es
cotidiano, familiar al lector. En los primeros relatos el crimen ocurría en
espacios interiores, en cuartos cerrados. En la actualidad, la violencia se
desata en las calles, ante la sorpresa o indiferencia de los posibles testigos.
- Trama: La acción
brinda el mayor suspenso. Deja siempre un hilo o eslabón por resolver. Con rigor
deductivo, el investigador y el lector desentrañan el enigma al reunir esos
hilos en el desenlace. Al principio se proponen varias soluciones fáciles, a
primera vista tentadoras, que sin embargo resultan falsas. Hay una solución
inesperada, a la cual sólo se llega al final. Para la solución del enigma se
desecha todo elemento sobrenatural o inexplicable. Es un relato hecho para que
el lector participe en desentrañar el misterio, e ingresar en el mismo como un
investigador más.
- Definición: El relato
policíaco es aquel que, por medio de la deducción lógica, identifica al autor
de un delito y revela sus móviles.
- Extensión: El cuento
policial tiene generalmente la extensión de un cuento, aunque claro está, hay
también cuentos policiales muy breves o minicuentos policiales, como por
ejemplo el de Marco Denevi titulado precisamente Cuento policial. [3
Tipos de cuentos policiales
El cuento policiaco tiene
muchos tipos o clases:
1.
De enigma
Un
difícil crimen tiene lugar y el detective lo resuelve gracias a sus dones
deductivos. Los detectives suelen ser: excéntricos, cultos y brillantes; se
relacionan "con la alta sociedad"; y toman la investigación como un
reto a la inteligencia. Son intelectuales que aplican métodos racionales,
principios científicos y técnicas modernas basadas en muchos conocimientos
2.
Negro
El
detective trabaja por un sueldo, es decadente, solitario, desencadenado y pone
en riesgo su vida. Se ven involucradas cuestiones como por ejemplo lugares
marginales; el detective avanza a lo brusco, lo contrario al clásico.
3.
De problema
El
crimen es resuelto por medio de pruebas físicas y psicológicas, así como declaraciones
de testigos y sospechosos (y/o de la víctima)
4.
De suspenso
El
cuento se presenta en un ambiente oscuro, desconocido, peligroso y tenebroso,
en donde se concretan casi siempre asesinatos en medio de la trama, dando un
efecto de terror.
Elementos
del cuento policíaco
1.
Pistas
Son
indicios que ayudan al investigador a resolver el caso. Pueden ser materiales,
o algunos datos aportados oralmente por los testigos, los sospechosos, y la
víctima.
2.
Escena del crimen
Es el
lugar donde se cometió el crimen, es el principal lugar en el que se encuentran
las pistas.
3.
Hipótesis
Es
una teoría que realiza el investigador o algún otro personaje de la historia
sobre la resolución del caso. A lo largo del caso generalmente se elaboran más
de una, y pueden ser casi iguales entre sí o muy variadas.
4.
Investigación
La
investigación es el proceso que lleva a cargo el detective para resolver el
caso. En este proceso generalmente:
a. Busca
pruebas.
b. Interroga
a los testigos, a los sospechosos y a la víctima.
c. Revisa
la escena del crimen y los alrededores en busca de pistas.
d. Analiza
las pistas.
e. Comprueba
las hipótesis.
f. Resuelve
el caso.
Los asesinos de Hemingway
Michel García
Dos hombres entraron a la
casa, y esperaron en silencio a que los ojos se les acostumbraran a la
oscuridad. Hemingway dormía al fondo, y afuera una fina lluvia empañaba los
cristales. Acariciaban en sus manos revólveres, y al cabo de un rato pudieron
caminar por entre los muebles, en la penumbra. Oían como un rumor los ronquidos
del viejo Hem.
-¿Qué hacemos
ahora?-preguntó uno.
-No sé exactamente-respondió
el otro.
En las ventanas la lluvia aumentaba, se
escuchaban truenos y podían ver las sombras de los árboles al viento, que
opacaban la luz de los faroles. Caminaron hacia una habitación que parecía ser
una oficina, en la que había una mesita repleta de libros, una máquina de
escribir, hojas blancas y una botella de whisky con un vaso a medio usar al
lado. Revisaron en las gavetas. No encontraron nada.
Pasaron a un cuarto amplio, acomodado con dos
camas, donde también habían libros y colgaderas de animales. Vestían ropas
negras apretadas, capuchas que solo dejaban ver sus ojos, y aunque sus
estaturas eran diferentes al igual que su complexión física, en medio de la
noche parecían hermanos vestidos igual para la misma ocasión.
Uno le extendía al otro de vez en cuando
manuscritos corregidos, buscando su aprobación.
-¿Es este? -No, el muy
desgraciado lo tiene bien escondido.
-¿Y ahora? -A seguir
buscando, vivo.
La tormenta arreciaba, y las luces de afuera
amenazaban con quedar completamente apagadas.
De repente oyeron que el ronquido de Hemingway
cesaba, y el susurrar cada vez más cercano de unas pantuflas afelpadas. Se
escondieron bajo las camas, y divisaron las piernas del viejo que se dirigían
al baño. Oyeron el largo chorro que soltaba Hemingway, y el sonido de descargar
el inodoro. Otra vez se acercaron las pantuflas, que sin sospecha se detuvieron
en la puerta del cuarto, y ellos apretaron por instinto los revólveres. Pero
Hemingway siguió camino hasta su habitación, y en breve volvieron a sentir sus
ronquidos.
La búsqueda no prosperaba. A la poca luz de
los relámpagos solo podían distinguir las cabezas muertas en las paredes, que
parecían vigilantes silenciosos de ojos cristalinos, y los papeles se les
perdían en la oscuridad.
Se movieron por toda la casa, evitando el
cuarto del viejo. Abrían libros, levantaban almohadas y sábanas viejas,
colchones húmedos, pero no aparecía lo que los había llevado allí. Comenzaron a
sudar, a pesar del frío que entraba por las ventanas.
Durante días habían ido a vigilar al escritor,
atisbando por entre las ventanas y las veladoras, disfrazados de extranjeros.
Verificaron los horarios de apertura y cierre del museo, el movimiento de las
personas, la estructura de la casa, sus alrededores, la rutina de Hemingway y
los cambios de guardia de los custodios. Ahora sentían que todo el esfuerzo se
podía ir a la mierda, si no encontraban algo. Empezaron a desesperarse, pero
decidieron mantener la calma.
Ya estaban en el interior, sólo tenían que
buscar. En sus ojos se dibujaba una impaciencia, un deseo inaudito de no ser
sorprendidos.
Los truenos sucedían, llenando de un silencio
pavoroso el intervalo entre ellos.
Después de una última mirada confusa, se
dirigieron hacia el fondo de la casa, más allá del comedor. Chequearon los
revólveres, y en una fracción de segundo pudieron ver en los cristales el
rápido desplazamiento de las nubes. Afuera las luces se habían apagado ya
definitivamente.
Hemingway dormía boca arriba, acurrucado con
sobrecamas rojos y bufando el aire de los pulmones. Los hombres lo miraban con
terror, y sin decirlo agradecieron que la más plena oscuridad los cobijara. Se
miraron sin saber que hacer.
-Haz algo.
-No sé qué.
-Lo que se te ocurra, vamos.
-No, tengo miedo.
-Bah, parece mentira, vivo.
Con sigilo examinaron el cuarto, abriendo
pequeñas gavetas y el escaparate de espejos. Les impresionó ver su propia
imagen reflejada con total exactitud.
Cerraron las puertas asqueados de tanta lluvia
y silencio, de no encontrar nada, y con las manos señalaron los revólveres. No
había otra solución.
El disparo sonó en medio de la madrugada,
disimulado por un trueno que estremeció los cristales.