Pautas para leer mejor
Todos nos marcamos metas y propósitos para mejorar diferentes
aspectos de nuestra vida.
Van desde perder peso, viajar más, disfrutar de
tu familia, involucrarte más en tus hobbies, hasta leer X número de libros al año.
Del mismo modo que nos marcamos
propósitos que nos ayudan a mejorar nuestra vida, es importantísimo que cuando
te pongas a leer tú también tengas tus objetivos claros.
Con un objetivo en mente, nuestro
cerebro es capaz de centrar sus esfuerzos, lo que se traduce en eficiencia.
A continuación, te explico 4
ejercicios imprescindibles para optimizar tu lectura. No los subestimes,
aunque parezcan muy simples.
1. Examina el contenido
Piensa qué es lo primero que
haces cuando un libro nuevo cae en tus manos.
Si eres como yo, lo abres, lees
la contraportada, examinas el índice, etc.
Pero lo cierto es que la gran
mayoría se lanza a la lectura sin preámbulos. Eso es un error crucial que has
de corregir de inmediato.
Antes de leer, familiarízate con
el contenido.
- Si es un libro: fíjate en el número de páginas, lee la contraportada, la
biografía del autor, obras relacionadas… Mira el índice y presta atención
a la longitud de los capítulos. ¿Hay imágenes? ¿Alguno de los títulos te
llama la atención? ¿Qué palabras se repiten?
- Si es un PDF o artículo online: baja hasta el final para saber la longitud,
estate atento a la distribución de los párrafos, los títulos y las ideas
subrayadas. ¿Tiene muchos enlaces a otras páginas? ¿Qué hay de los
comentarios y recomendaciones?
Esto es muy importante. ¿Por qué?
Te ayuda a crear un mapa
mental del temario que vas a cubrir, igual que hacen los profesores al
comienzo del curso nuevo, además de reforzar el patrón de comprensión de la
lectura.
De esta manera ayudas a
centrar la atención y a fijar tus expectativas del texto incluso antes
de empezar. Puede que después de un rápido vistazo te des cuenta de que no es
tan útil como parecía.
¿Cuánto tiempo ahorrarías sólo
por echarle un vistazo general al principio?
2. ¿Sabes por qué estás
leyendo?
Tener una estrategia previa es
igual a optimizar el tiempo que vas a invertir en este
material.
La razón por la que has decidido
invertir tu tiempo es vital, y debe compaginarse con lo que deseas obtener de
la lectura.
¿Lees por placer y para pasar el
rato? ¿Tienes que estudiar el contenido para un examen y necesitas retener
información específica? ¿Lo haces porque el título te ha causado curiosidad?
¿Es una lectura recomendada u obligatoria?
Créeme: no es la misma la
actitud con la que lees en diferentes contextos. Pero la actitud lo es TODO
La claridad que te proporciona
tener un propósito específico ayuda
a que tu cerebro retenga detalles específicos importantes y relevantes
para ti. Las ideas que no estén tan relacionadas, pasarán más desapercibidas.
El ejercicio que más recomiendo
es escribirlos en un papel a parte y tenerlos a la vista en todo momento.
Parece un poco cansino, pero deberías saber que hay estudios que prueban que
escribir propósitos y mantenerlos a la vista ¡te ayuda a incrementar tus
probabilidades de éxito en un 42%!
Las preguntas adecuadas
- Qué
- Cuál
- Cómo
- Cuánto
- Cuándo
- Por qué
A ti también te hicieron
aprenderte esta lista de preguntas en el colegio, ¿verdad?
Pues ahora les vas a dar uso.
Estas claves pueden ser de gran
ayuda a la hora de clarificar y definir bien tu objetivo durante la lectura.
Ejemplos de preguntas: ¿Cuál es
el objetivo de este texto? ¿De quién está hablando? ¿Cuándo ocurre? ¿Cómo
sucede la acción? ¿Cuánto tiempo discurre? ¿Por qué me está transmitiendo esta
información? ¡Te invito a que formules tus propias preguntas!
Y siempre: ¿Cómo ayuda esta
información a mi propósito de lectura?
Lo que logras haciéndote estas
preguntas pre-lectura es definir el nivel de compromiso y tiempo que vas a
pasar con este texto. Si sabes lo que quieres contestar, el conocimiento que
deseas obtener.
Te recomiendo que escribas
también las preguntas más importantes y las mantengas junto a tu objetivo,
sobre todo si estás preparando un examen o deseas memorizar información.
4. Sé crítico
Hay mucha gente que lee dando las
cosas por sentadas, sin ejercitar ese maravilloso órgano llamado cerebro.
Creo que ese es el peor error de
todos.
¡Ojo! Ser crítico no significa
criticar en el sentido común de la palabra. Hay veces en las que uno está de
acuerdo, y otras en las que no. Y hay incluso zonas grises en las que estamos
de acuerdo, pero sólo hasta cierto punto.
A partir de hoy, quiero que seas
crítico con todo aquello que lees.
Lee, toma notas, mira tus
preguntas y propósitos, y compara lo que has sacado del texto una
vez termines la sesión.
Quizá sea útil preguntarte
esto: ¿Te ha sido útil? ¿Es lo que esperabas? ¿Te ha aportado algo nuevo?
¿Crees que tiene razón? ¿Difieres en algún punto?
Analizar tus expectativas antes y
después de leer es muy importante: agiliza tu mente y te ayuda a tomar
perspectiva. Quizá descubras que este autor o tema no ha sido tan satisfactorio
como creías. Quizá sí lo haya sido y te haya dado ideas que te han motivado e
inspirado.
¿Cuál es tu conclusión final en
referencia a cómo empezaste?
Muchas veces leemos con tanta
prisa que no nos paramos a reflexionar. Por eso seguimos haciendo cosas
que no nos benefician, como estudiar contenido de forma errónea o leer
con hábitos que nos ralentizan y desconcentran.
Marcarse mejores propósitos es un
primer paso. Pero, además, puedes mejorar tu lectura trabajando
diferentes áreas como la comprensión, la memoria y el léxico, e
incluso mejorar tu velocidad de lectura para ganar tiempo y conocimiento.